Un correcto entendimiento del AT debe apuntar a Cristo como la columna vertebral de la revelación de Dios.

Un correcto entendimiento del AT debe apuntar a Cristo como la columna vertebral de la revelación de Dios.
Si entendiéramos que la oración es como el oxígeno que mantiene con vida cada ser vivo, oraríamos a diario con urgente necesidad.
“La predicación no puede ser aislada jamás del predicador. Es él quien determina tanto lo que dice como forma de expresión”, afirma el autor.