Oscuro ademán de piedra | Poema
Sombra en la ciudad, yo en la sombra, dos almas de viento esperan su descenso.
Periodismo & Literatura en Libreta Negra
Sombra en la ciudad, yo en la sombra, dos almas de viento esperan su descenso.
Una tertulia con el escritor Humberto Jarrín sobre mi libro de cuentos Un Crimen Sencillo y el panorama literario de los jóvenes caleños.
Mi plataforma de bloggin me recordó esta semana que cumplí cinco años desde que le di vida a este blog, todo un viaje de autorreflexión.
Era febrero. Fuera de la capilla el mundo volvía a ser vulgar, agitado solamente por una nostalgia de la nostalgia que ya no era.
A las 6:30 p.m. las sombras brotan de los árboles, bordean el río y se avientan sobre la ciudad. Los cuerpos se congregan en lucíferos postes, esperando el resplandor final de la jornada. ¿Puede la luz de los amantes alcanzarnos?
El viento toca la serenata de las hojas y la tarde se ha ido. Nos espera la sencilla noche de la desmemoria…
«Todo lo que Dios hace es definitivo,
no se le puede quitar ni agregar nada», dentro de unas horas el silencio llegará, ¿habrá luz mañana?
¿Para qué estoy aquí, expiando el crimen en este frío calabozo, ciega irrisión y afrenta del paraíso?
Más allá la ciudad vacía, un rumor de cielo gris me suena a ti. Aquí soy hoja tejida de cultura errática y cruel, tan lejos del placer como la indiferencia.
Hay lugares que tienen su valor por las personas con las que hemos vivido y amado y olvidado en ellos. Cada amante tiene un pedazo de la ciudad en su interior, un trozo de luz para el recuerdo.
Su presencia lo inundaba todo. En la habitación una mirada fue suficiente, como una noche que se cierra, como una mirada que crecía silenciosamente en mis ojos.
Tienes el poder de atar al mundo en tu mano y prefieres ignorar el don que se te ha concedido.
Junto con la librería Expresión Viva compartimos un espacio de encuentro entre agentes del libro y escritores, en el que conversamos sobre lo que implica ser un escritor en Cali, Colombia.
¿Qué va a quedar de mí cuando muera sino tu palabra ilesa de agonía tus breves palabras con que la tarde riega luz entre las sombras?
«Esta noche es paraíso y quiero amarte». «Aquí el fruto está maduro. El sol viene de lejos y tu respiración acuna las hojas de los árboles. ¿Sientes?».
Hay en ti un pedazo de mí que no conozco, una costilla ausente bajo la carne. Hay en mí un costado de ti, un hueso tuyo de mi hueso.
Cuando duermes me quedo yo oculto guardián de la vigilia despierto ángel caído que te espera.
¿Qué es lo que queda tras la ausencia? Tus palabras, un piano en la esquina de la casa y el poema de ti nunca declamado.
Transparentes, las figuras son las únicas que saben todo lo que hay de grande en la bondad.
Ese fuego es tu nombre. Palabra que muere cada tarde, carbón tallado en los ojos, sol que no me atrevo a ver por temor a una dura vida de lucero.